top of page

Por qué Kivu Norte

¡Absolutamente nada recomendable viajar a Kivu Norte!. Esta provincia del este de la RD Congo aparece como zona roja y en conflicto, en embajadas y organismos internacionales. Su gente, sin embargo, asegura que el peligro va muriendo, que por primera vez, ellos respiran un clima de paz. Y piden encarecidamente que les creamos.


De todas las regiones de este país, Kivu Norte ha sido las más perjudicada tras 20 años de guerras sin fin. Comenzaron en los años 90....y con uno u otro nombre (guerra de la Liberación, Segunda Guerra, Guerra de guerrillas....) han continuado hasta ahora.


Esta zona ha servido además de refugio de milicias organizadas. En unos casos alumbradas por el propio ejército congoleño y en otros llegadas desde los vecinos Ruanda o Uganda. El M23, el FDLR o ADF NALU han perpetrado aquí sus ataques más violentos. Hasta casi antes de ayer. Matanzas, violaciones y luchas indiscriminadas que se han clavado en la memoria de su pueblo, y que no se irán jamás.


Las Naciones Unidas llevan más de 15 años con un destacamento permanente en la zona. Los congoleños piden desde hace tiempo su retirada, les acusan de permitir la corrupción y el tráfico ilegal de mineral. Sea cierto o no, ellos creen que no les necesitan.


Durante todos estos años, alcanzar la paz ha sido la prioridad del Gobierno, que ha dejado los planes de desarrollo guardados en un cajón. El resultado es una región olvidada, sin infraestructuras básicas, y con un trauma humano difícil de superar. Un trauma que les ha borrado el futuro, porque en muchas familias no cabe ya la esperanza.


En los últimos años se han dado pasos, pero parten de tan abajo, que para un europeo son casi imperceptibles. Y queda mucho por hacer.

La violencia, insisten, ha disminuido considerablemente, pero la inseguridad persiste y fruto de ello es la nula presencia de Organizaciones No Gubernamentales.


Lo peor, aseguran, son las consecuencias emocionales y económicas

Y, a pesar de que Kivu es una zona rica y dinámica (durante todos estos años se ha mantenido un hilo comercial con Asia: China, Dubai, que les ha permitido sobrevivir),la precariedad de las infraestructuras anula su potencial.


Cultivan plátano, arroz, café, té....pero de poco les sirve si no pueden transportarlo. Las carreteras son planchas de tierra sembradas de agujeros, en las que los coches destrozan sus amortiguadores. En una de las carreteras principales, 30 kilómetros pueden convertirse en un infierno para todas tus articulaciones de más de una hora.


Tampoco tienen luz. La negrura invade la noche. Las casas permanecen en penumbra cuando se esconde el sol. Las centrales eléctricas son escasas en un territorio más grande que Suiza y siempre andan sobrecargadas. No hay potabilizadoras de agua ni canalizaciones que la lleven hasta las casas. En el mejor de los casos, hay un depósito de plástico que acumula unos litros.


El atraso en lo más básico es brutal. La educación y la salud funcionan precariamente gracias al esfuerzo de padres, asociaciones locales y misioneros religiosos, los únicos que, a pesar del riesgo, han permanecido allí. Faltan colegios y los que hay, como la mayoría de las construcciones rurales, son de adobe y de paja.


"Todo llegará una vez que la paz sea total. Es cuestión de tiempo", dicen con calma. "Lo más importante ahora", añaden, es salir del olvido en el que se siente sumida la población.


Por eso, visitarles es el mejor regalo que uno puede hacerse, su gratitud es infinita y la alegría que desprenden te envuelve de forma espontánea. Les das una gota de agua y en sus manos y en su rostro se convierte en manantial.


Quieren salir de este agujero por ellos mismos. Y saben que pueden. Les falta dinero, sí, pero sin apoyo y confianza que les dé estabilidad, todo el oro del 

mundo caerá en saco roto.


(Por Marta Carazo Sebastián)

Vídeo: Carretera Nacional IV entre Kasindi ( Uganda) y Beni( RDC)

bottom of page